miércoles, 9 de enero de 2013

Bruja

-¿Tienes resaca?

-Un poco, ayer me excedí y no estoy acostumbrada.

-Por lo visto, ayer bien ¿no?

-Bueno, no se si bien es la palabra, diferente seguro.

-Será mejor que subas, a los vecinos no creo que les interen tus indiscrecciones. Anda que te abro.


Elena (sin h como ella tanto insiste), tiene el don de la "oportunidad". Es, para que nos entendamos, la última persona que uno quiere ver, en cualquier momento y en cualquier lugar. Ella siempre te encuentra. Te absorve, te desmoraliza porque no vas de su palo y se va tan fresca, aún asi, hay algo en ella que me impide darle con la puerta en las narices, ¿será esa parte altruísta que todos llevamos dentro?. Creo que hoy me limitaré a unos: aha!, mmm, ¿seguro?, pondré cara de interés mientras mi mente repasa la apretada agenda de hoy.


-Pasa querida, pasa. Me sorprendió que me llamaras ayer para decirme que te ibas a cenar, ¿cuanto tiempo ha pasado? ¿Tres meses?

-No lo se, lo cierto es que no lo cuento, sólo te llamo cuando me acuerdo.

-Fíjate, no me había dado cuenta.

-¿Decías algo?

-No, nada, decía, fíjate que luego me voy a dar una vuelta.

-No te había entendido.

-Dime, ¿quieres una aspirina para esa cabeza?.

-No, estoy bien, sólo he venido a decirte que ayer me encontré con Adrián.

-¿Adrián?

-Si, Adrián.

-Vaya, esto si que es nuevo.

-Estaba espectacular, llevaba un traje de Armani de los que quitan el hipo. Camisa blanca y sin corbata. Se ha dejado el pelo algo más largo de lo normal y tiene ese aire de "tipo madurito de anuncio" que tan de moda está. Irresistible, realmente un pecado.

La cosa se está complicando, no se hasta donde llegará.

-¿Es nuevo este sofá?

-Perdona querida, es un Diván. Son cosas diferentes. (Me está empezando a sacar de mis casillas).

-Es comodísimo, la de cosas que se me están ocurriendo con tan sólo sentarme, espera que me estiro.

-Marquesa, ¿le sirvo algo?.

-¿Me acercas el móvil?

-Faltaría más, toma tu bolso.

-Cuando te lo cuente no te lo vas a creer... ¿Adrián? Hola, ¿cómo te has levantado hoy? Si, fue genial lo de anoche. Precisamente estoy en su casa, me preguntaste por ella anoche y he pensado, la veo y se lo cuento a Adrián. Si, claro que le daré recuerdos. Por supuesto, tengo libre el jueves. Hasta entonces.

Que alguien me frene, que alguien me pare, que llamen a la policía que me contenga.

-Bueno, Elena, soy todo oidos. Has logrado llamar mi atención.

-Debo decirte que me lo pensé un buen rato, había algo dentro de mi que me decía, ¿estás segura? pero ya sabes como es la vida una vez cruzas el humbral de los treinta ¿no?

Me lo estoy temiendo, la mato, la mato.

-Fue encantador conmigo, tan amable, tan atento, su mirada, era la de un niño, le brillaban los ojos.

-¿Cuantas copas os habías tomado? Seguro que también tenía las pupilas dilatadas.

-No te irrites que no es tan grave. Fue sólo una noche amistosa, para esconder y recordar a solas.

-Entonces ¿por que lo compartes conmigo?

-Ya sabes lo que dicen, "un polvo no se acaba hasta que lo explicas."

-Podrías haber llamado a Clara que le encantan estas cosas, siempre dice que aprende de las experiencias de los demás, te podrías haber recreado en detalles.

-Que ingenua eres, prefiero ver tu cara que la de Clara.

-¿Te dedicas a coleccionar hombres ahora?

-Ay que ver lo que hace la represión. Que tonterías estás diciendo.

-Helena (Con H para que te jodas). De sobras sabes lo que siento por él. ¿Era necesario esto?

-Claro, para que despiertes.

-Querida, vas a tener que irte, hay una escoba en la puerta que puedes utilizar para salir volando y date prisa, espero a tu marido.



Muchas gracias a todos los que leeis y comentais, es un placer rebanarme los sesos cada día por tal de tener una historia que ofrecer. Cristina.